06 junio 2016

Académicos suecos señalan cómo controlar plagas sin pesticidas químicos

Pesticidas
Dos estudios de la Universidad de Agricultura en Suecia están instando a cambiar los programas de fitomejoramiento que no están valorando la capacidad natural de las plantas para el control plagas y enfermedades, y que no consideran las acciones que en este sentido realizan depredadores como escarabajos y arañas -entre muchos otros-, que pueden evitar el uso de pesticidas tóxicos.

El control químico de plagas es una herramienta vital en la producción de cultivos convencionales, pero la época de cuando los insecticidas resolvían todos los problemas de las plagas parece haber terminado. Muchos viejos insecticidas pierden su efecto cuando las plagas desarrollan resistencia a ellos, algunos agentes particularmente nocivos para el medio ambiente ya no se pueden utilizar en la Unión Europea y unos nuevos agentes entran en el mercado. Lo que requiere un nuevo enfoque a los problemas de las plagas”, explicó la investigadora Eve Roubinet en abril pasado, al presentar su tesis.

Roubinet señaló cómo una mayor diversidad de depredadores proporcionan un control biológico más estable en toda la temporada de un cultivo agrícola. Para validar este hecho ya conocido en la agricultura ecológica, analizó mediante el DNA la dieta encontrada en el estómago de los depredadores naturales, entre ellos escarabajos y arañas. “Mi tesis pone de relieve la importancia de la comprensión de toda la red alimentaria para poder proyectar estrategias de control biológico de mejor conservación en el diseño en los campos agrícolas”, dijo la académica.

Por su parte, Johan A. Stenberg, del Departamento de Protección Biológica de las Plantas, destacó el hecho que en los programas de fitomejoramiento de las plantas es poco común ver la preocupación de la defensa natural contra los herbívoros, sobre todo considerando que “las plantas silvestres expresan múltiples características para resistirlos”. Entre estas están compuestos orgánicos volátiles y el néctar extrafloral, que liberan las plantas.
El investigador detalló que todas las plantas responden individualmente al daño que les inflijen los herbívoros con compuestos orgánicos volátiles; y a nivel de grupo, con la secreción del néctar extrafloral. Esto atrae a los depredadores que pueden reducir la presencia de los herbívoros. En el documento publicado en Cell en noviembre pasado, destacó que por ejemplo, algunos tienen fuertes propiedades antifúngicas o repelentes, que pueden servir como agentes de resistencia directa.

Hasta la fecha se han podido reclutar una vasta gama de estos depredadores, a aquellos que eliminan parásitos o los nemátodos que se ven involucrados, agregó.

Recordó a su vez que la domesticación de los cultivos “tiene como objetivo mejorar la calidad de las plantas para el uso humano”. Sin embargo, además de la domesticación, a las plantas se las alterará en el tamaño, sabor y calidad nutricional de las partes de la planta de interés. Analizando los programas de fitomejoramiento existente, reveló que en mayor escala estos se dedican a producir tamaños de plantas homogéneas, dominancia apical, de crecimiento determinado, frutos indehiscentes, u otras características para el cultivo y la cosecha, así como los rasgos de la modificación que facilitan el transporte y almacenamiento, y se ocupan poco del control natural de plagas, que permiten evitar el uso de pesticidas tóxicos.

La siguiente es una imagen que muestra un ejemplo de cultivo de maíz.

El científico propone intercalar el cultivo de interés (en este caso del maíz) con una especie vegetal que emita compuestos orgánicos volátiles (COV) que repelen la principal plaga. En la imagen se revela además que “la plantación de una planta (pull) atractiva alrededor del campo mejora aún más los movimientos del ‘insecto plaga’, haciendo que se vayan fuera del campo. Lo ideal es que la planta de extracción no permita que la plaga pueda reproducirse, y que ambas empujen a que las plantas cumplan otras funciones, por ejemplo, como plantas ornamentales, hortalizas, especias, o como alimento para el ganado”.

Ante las dudas de algunos agricultores, el científico explica que “nuestros cultivos domesticados han perdido sus defensas naturales contra las plagas comunes, pero creemos que es posible restaurar estos rasgos”, dijo el profesor Stenberg en declaraciones documentadas por Svience Nordic.

Fuente: lagranepoca.com

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