Y es una lástima, porque la verdad se podían quedar ahí dentro.

Ayer, a la empresa pesquera Hijos de Vidal Bandín, que pertenece a los hermanos de Antonio Vidal, y su filial británica Sealskill Limited con los barcos Coyo Tercero y el O'Genita fueron acusados de: “abusar de manera sistemática, reiterada y cínica del sistema de cuotas de la Unión Europea durante unos 18 meses”. Tanto empresas como patrones de barcos admitieron los cargos. Es decir, han pescado más de lo que les tocaba, por lo tanto han hecho una ilegalidad, lo que viene siendo: pesca ilegal. Por esquilmar el océano tienen que pagar una multa de más de 2 millones de euros, pero resulta que gracias a las ayudas y a sus “artes” pesqueras sus ganancias alcanzan más de 29 millones de euros (unos 23 millones de libras). ¡Y se quedan tan panchos!.

La relación amor-odio que tienen algunos pesqueros españoles con la pesca ilegal a pesar de que gobiernos y administraciones se jacten de lo contrario, es tan vergonzosa como fascinante.