España sigue sin aplicar la legislación europea para erradicar la tala ilegal que destruye los bosques y la biodiversidad, dos años después de su entrada en vigor.
Mientras los políticos se reúnen en busca de acuerdos que frenen el calentamiento global, otras medidas ya pactadas llevan sobre la mesa desde hace años sin materializarse. Los esfuerzos de la comunidad internacional para erradicar la tala ilegal que destruye los bosques primarios y la biodiversidad, iniciados a finales de la década de los 90 del pasado siglo, no han sido fructíferos en absoluto.
Un nuevo informe del Tribunal de Cuentas Europeo alertó el pasado 22 de octubre de que el Reglamento (UE) nº 995/2010 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de octubre de 2010 (llamado European Timber Regulation), destinado a impedir la importación y entrada en el mercado europeo de madera ilegal (y de sus productos derivados), arroja unos pobres resultados. Según el estudio, España, Grecia, Hungría y Rumanía no aplican completamente la norma, por lo que la madera ilegal se cuela sin problemas en el continente.